Como fórmula más elemental entre todas las posibilidades de fuente de financiación ajena, conocemos los préstamos bancarios. El sistema de amortización de los mismos se convierte en el principal elemento para estudiar el impacto en la estructura económica y financiera de cualquier empresa.

La aportación de dinero no implica la propiedad receptora de la financiación, a efectos del contrato de apertura del préstamo: prestatario. El prestamista será un acreedor ajeno a la empresa.caso-practico-socios

Las operaciones financieras mediante préstamos para afrontar la financiación de acciones de inversión, expansión o explotación quedan vinculadas a una finalidad concreta. Esto quiere decir que para formalizar la contratación se ha de explicar y justificar a qué va a ser destinado el dinero recibido.

Exige una planificación financiera y económica según el objeto de dedicación del dinero a corto, medio o largo plazo: adquisición parcial de activos (vehículos); adecuación de activos (instalaciones); costes de diseño de nuevos productos o servicios (servicios complementarios ligados a la actividades auxiliares de transporte); inversión en bienes inmuebles integrados en un plan de expansión (operaciones de almacenaje, almacenamiento o cross docking en una nave nueva); ampliación de medios y recursos para aspirar al cumplimiento de condiciones y requisitos de un contrato de prestación de servicios específico (contratos de exclusividad); inversión en intangibles o bienes inmateriales (integración en una red de distribución nacional o internacional); etc.

De todo ello depende la fijación de los tipos de interés, la duración, condiciones y procedimientos que se aplicarán desde el principio del contrato de apertura del préstamo.

El plazo y su amplitud fijado para realizar la devolución del préstamo irá relacionada con las garantías aportadas. Para ello se diferencia entre plazos cortos (2-5 años) y plazos largos (más de 20 años). Igualmente existen diferentes tipos de garantías: personales (patrimonio), hipotecarías (bienes inmuebles) y pignoraticias (bienes muebles).

Considerando importante la comprensión de la operación en toda su extensión y complejidad, dado que la información comercial de un conjunto de propuestas que pretendemos comparar, pudiera ser opaca, ininteligible y de semánticas dispares, es necesario tratar aquellos conceptos integrantes de una operación de préstamo: prestamista, prestatario, principal, interés, plazo, periodicidad, cuota, amortización, saldo vivo, carencia, tipo de referencia nominal, EURÍBOR, diferencial, comisiones y TAE (tasa anual equivalente).

A continuación mostramos una simulación de las distintas posibilidades de amortización del préstamo. La forma de amortización, el pago de intereses y las cuotas resultantes, como hemos indicado, formarán parte del acuerdo libremente firmado por las partes. Las propuestas estándar de las entidades son una base para la negociación. En principio no deben asimilarse como un condicionamiento previo, una restricción o una limitación, sino que en virtud del objeto del préstamo podrían hacer variar la carencia, el tipo de interés, las condiciones o el propio sistema de amortización, combinando posibilidades.

Existen tres sistemas de amortización frecuentes:

  • Sistema alemán de amortización constante: los pagos son variables, el importe de la amortización es constante, y los intereses disminuyen a medida que el capital se va amortizando.
  • Sistema americano: solo se pagan los intereses a lo largo del plazo, el capital se amortiza en una única cuota al final del préstamo. La cuota es muy baja hasta la última, y los costes financieros son altos.
  • Sistema francés de cuota constante: los pagos son iguales, del mismo importe. En la cada cuota queda representado la parte de interés y de amortización correspondiente. La suma de ambos equivale a un cuota constante. 

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